¿A QUE EDAD PUEDE SER ESCUCHADO UN MENOR DE EDAD?


Nuestra Ley de Enjuiciamiento Civil establece que, a partir de los 12 años, el juez debe oír al menor en todo caso y si aún no ha alcanzado esa edad, dependerá de su capacidad de discernimiento y madurez.

Para asegurar que la declaración del menor refleje genuinamente su opinión y no esté influenciada por terceros, es esencial que los progenitores colaboren en la medida de lo posible.

 En algunas ocasiones, pueden presentarse situaciones en las que uno de los padres ejerce una influencia negativa sobre el niño respecto al otro progenitor, fenómeno conocido como gatekeeping negativo, especialmente en casos más complejos.

¿CÓMO SE LLEVA A CABO PARA QUE AFECTE MÍNIMAMENTE AL MENOR?

Para minimizar el impacto en el menor durante el proceso, según diferentes recomendaciones psicológicas forenses debe llevarse a cabo de la siguiente forma:

  • Horario adaptado: Se planificará cuidadosamente para interferir lo menos posible en la vida del niño, programando su participación en un día diferente al juicio.
  • Puntualidad: La audiencia se realizará de manera puntual para evitar estrés adicional al niño.
  • Lugar adecuado: Se llevará a cabo en una sala diferente a la de las vistas para garantizar un entorno más cómodo o se desalojará la misma sala.
  • Sin presencia de las partes: Ni padres, abogados, ni procuradores estarán presentes.
  • Duración limitada: La audiencia no excederá una hora.
  • Sin toga: El juez evitará formalidades excesivas, sin toga y sentándose junto al niño.
  • Inicio ameno: La conversación comenzará con temas agradables para el niño, como deportes o experiencias escolares.
  • Conocimiento del entorno del niño: El juez estudiará la rutina del menor, asegurándose de no centrar la entrevista en él.
  • Explicación al menor: Se alentará al niño a expresar sus emociones, explicándole que la decisión final está en manos del juez, no suya.
  • Transparencia: No se ocultará información al niño, y se le informará que sus padres tendrán acceso a la información proporcionada.
  • Planteamiento de preguntas: Las preguntas serán abiertas, claras y no parecerán un interrogatorio, utilizando un lenguaje comprensible.
  • Final de la conversación: Se utilizará un lenguaje neutral al concluir la conversación para liberar al niño de cualquier tensión.

Clara Martínez Sanllehi

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